El programa, que fue uno de los hitos dentro de la política social del presidente, brindará asistencia a 20 millones de familias vulnerables.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, relanzó hoy el programa social Bolsa Familia que transferirá en promedio 750 reales (144 dólares mensuales) a 20 millones de familias, que había sido extinguido por su antecesor, Jair Bolsonaro, pero alertó que esta ayuda contra el hambre deberá ser acompañada por una política de inversión para que vuelva a crecer la economía, al fustigar la falta de inversión en la petrolera Petrobras, que tuvo ganancias extraordinarias para los accionistas privados.
En un acto en el Palacio del Planalto, Lula fue el eje del simbolismo que rodeó al relanzamiento del plan que sacó de la miseria a 50 millones de personas entre 2003 y 2010, es una marca del Partido de los Trabajadores y es calificado por la Organización Internacional de Trabajo como el principal instrumento para quitar a las personas de la extrema pobreza.
«Este Bolsa Familia es apenas un pedazo de las cosas que tenemos que hacer. No estamos prometiendo que el Bolsa Familia vaya a resolver todos los problemas de la sociedad brasileña. Es necesaria una política de inversión privada e inversión pública con una valorización del salario, que es el verdadero instrumento de transferencia del ingreso», dijo Lula.
Se estima que 55 millones de personas, casi un cuarto de la población brasileña, recibirá el beneficio contra el hambre.
El mandatario avisó a los presentes, entre ellas varias familias beneficiarias del plan mostradas como ejemplo de ascenso social, que su preocupación en el acto era con el rumbo macroeconómico del país, luego de que se divulgara que la economía creció 2,9% en 2022 -último año de Bolsonaro- pero mostró señales de estancamiento, a raíz de la caída de 0,2% en el cuarto trimestre.
«La economía no creció nada el año pasado, debemos hacer crecer nuevamente la economía haciendo inversiones», aseguró, y fustigó la falta de obra pública realizada por el gobierno de Bolsonaro. «Si la iniciativa privada no invierte, deberá hacerlo el Estado porque si el gobierno federal no invierte dinero como inductor del crecimiento nada ocurrirá», aseguró.
Para 2023 el boletin Focus del Banco Central indica que se espera un crecimiento del 0,8% y es por ello que el exmetalúrgico pidió rapidez a sus ministros para ejecutar las políticas de aliento a la actividad económica.
Lula aseguró que el dinero para los beneficiarios del Bolsa Familia sería mayor en caso de que por ejemplo la petrolera estatal Petrobras hubiera aumentado su inversión en la industria de hidrocarburos y en la cadena de producción y no enviando los lucros a los accionistas privados minoritarios.
«Petrobras entregó dividendos récord cuando debería haber invertido la mitad del crecimiento de este país en la industria. En lugar de invertir, resolvió agradar a los accionistas minoritarios. No invirtió casi nada. Ahora exporta petróleo sin refinar en lugar de ser una empresa para el desarrollo. No fue para eso que descubrimos los yacimientos submarinos», se quejó.
El mandatario se encuentra en una puja en el gabinete por el rumbo del Consejo de Administración de Petrobras, que cotiza en bolsa en Nueva York, Madrid y San Pablo y que la derecha intenta reducir privatizando sus subsidiarias, como comenzó a hacer el gobierno de Bolsonaro.
Las irregularidades de “Auxilio Brasil”, implementado por Bolsonaro
El Bolsa Familia volvió reforzado en el tercer mandato de Lula. El programa había sido extinguido por Bolsonaro en 2021 para implementar el Auxilio Brasil, un programa en el cual se detectaron irregularidades masivas, como por ejemplo que la ayuda la recibieron personas de clase media y alta que asaltaron el 8 de enero pasado la sede de los tres poderes en el intento de golpe de Estado de la ultraderecha. «Les pido a todos que fiscalicen porque el Bolsa Familia no es del presidente ni de los intendentes sino de los beneficiarios y del banco Caixa Económica Federal que es el que lo paga», pidió Lula.
El programa pagará a partir del 20 de marzo en promedio 144 dólares a cada familia.
Según divulgó el ministro de Desarrollo Social, Wellington Dias, cada jefa de familia recibirá 600 reales (unos 120 dólares). Habrá un anexo del beneficio de 30 dólares por hijo menor de 6 años y de 10 dólares por cada hijo entre 7 y 18.
«Sabemos que el hambre no espera. Es algo difícil de trabajar desde el Estado porque quien tiene hambre siente vergüenza de decirlo y quien nunca pasó hambre no puede imaginar cómo es. Nosotros tenemos a nuestro presidente que sabe el sufrimiento del pueblo, que en su primera infancia ha pasado hambre y sabe de lo que se trata», afirmó el ministro Dias, exgobernador de Piauí.
El ministro aseguró que el beneficio será continuado: si un beneficiario accede a un empleo formal con valor superior al auxilio y luego es despedido, tendrá el Bolsa Familia automáticamente de nuevo.
Como contrapartida, las familias beneficiarias deben exhibir ante cada municipio del país el certificado de alumno regular de sus hijos y la libreta de vacunación. Tienen derecho a recibir el auxilio quienes ganan menos de 214 reales por mes, es decir, unos 40 dólares.
Fuente: Télam